¿Que es realmente la práctica basada en evidencias?

Actualmente existe una tendencia en incremento a ponerse “entrenador basado en evidencia” o “entrenador basado en ciencia” en muchos círculos de entrenamiento y fitness para las masas. Esto era de esperarse hasta cierto punto, la industria del fitness está plagada de mitos y verdades a medias desde hace años. Este movimiento de basar el entrenamiento y las recomendaciones “en ciencia” surgió como un empuje en contra de este conocimiento popular del fitness. 

Sin embargo, como todo buen movimiento, el decirse basado en evidencias hoy en día muchas veces no garantiza que la persona tenga bases sólidas de conocimientos y se ha caído en vicios que reproducen la información a medias.

Para identificar a los charlatanes de los verdaderos profesionales que llevan una práctica basada en evidencias tenemos que hacernos la siguiente pregunta:

¿Qué es la práctica basada en evidencias?

El concepto surge en la medicina, en específico tomó fuerza en los años 90s. En años anteriores las decisiones médicas se basaban, en su mayoría, en lo que decían los libros de texto médicos, lo que los estudiantes aprendían en la universidad y el conocimiento que les transmitían sus profesores. En ese momento era la mejor manera de aprender y ejercer, ya que la información tenía que recopilarse, corregirse y editarse. 

Esto también significaba que cuando la información llegaba a la mayoría de las universidades y hospitales del mundo podía ser ya información desactualizada, mientras tanto, se seguía con las prácticas y creencias desactualizadas porque no había otra forma más ágil de actuar. Este problema se hace más peligroso cuando se confunde la información que proviene de avances científicos con la información que responde a una tradición médica.

Mientras más universidades y hospitales alrededor del mundo comenzaron a desarrollar investigaciones nuevas se volvió más y más necesario asegurar que los médicos ejercieran su profesión basándose en las investigaciones y los descubrimientos actuales, sin dar preferencia a lo que aprendieron anteriormente, los médicos debieron modificar su práctica según la evidencia científica y la práctica más reciente; esto garantiza que den a los pacientes los consejos y el tratamiento médico de acuerdo al conocimiento científico actual. Otro elemento que permitió que este concepto adquiriera bastante relevancia es el internet, que permitió que cada vez una mayor cantidad de información se transmitiera rápida y eficazmente

Llevar una práctica basada en evidencias salva vidas y mejora el tratamiento médico, obviamente los médicos han modificado su práctica con respecto a muchas más cosas y mejorará el tratamiento de todos nosotros.

En México, tristemente, no es necesario que un entrenador o asesor deportivo demuestre siquiera un nivel mínimo de educación para que sea contratado en un gimnasio, parece que es suficiente con tener una abdominal marcado para que la gente asuma que sabe lo que hace. Sin embargo, precisamente esta falta de regulación debe de servir para que tú como entrenador o usuario de cualquier gimnasio te distingas de los demás basando tus conocimientos en la evidencia más reciente.

Para nuestros propósitos podríamos definir la práctica basada en evidencias de la siguiente manera:

“consiste en tomar decisiones acerca de cómo promover la salud, cuidado y el cumplimiento de los objetivos deportivos del asesorado de manera eficiente, basándose en la evidencia más reciente relevante a la asesoría que se provee, así como la experiencia personal, conocimiento y todos los recursos a nuestra disposición. Todo llevado a cabo en un ambiente dónde la recolección de datos sistemática y la formulación de preguntas frecuentes son esenciales para garantizar la mayor eficiencia del proceso”

¿Qué significa lo anterior? Significa que tú como profesional debes desarrollar el criterio para discriminar la información que llega a ti, y qué datos te sirven y cuáles no, así mismo, significa que debes de buscar herramientas para continuar aprendiendo acerca del entrenamiento y nutrición deportiva, todo para que día a día sepas distinguir de mejor manera qué información sirve a tu práctica, así  y cual no.

Existen tres fuentes de información a las cuales todos nosotros como entrenadores  o interesados en el tema tenemos acceso, regularmente se pueden clasificar en tres: 

  • Evidencia científica: Se encuentra principalmente en libros dedicados, diarios científicos o diarios de análisis, regularmente se le da mayor valor a este conocimiento por el rigor con el cual es analizado y transmitido. Actualmente existe una moda de buscar evidencia en forma de estudios científicos para todo, esta tendencia, aunque viene de una intención buena de obtener información de calidad, tiene también bastantes problemas que analizaremos más adelante.
  • Evidencia práctica: Se relaciona con todo el conocimiento que has adquirido haciendo, ya sea entrenándote a ti mismo o a otros. Para que la experiencia práctica tenga validez debe de estar mediada por una recolección de datos sistemática y el cuestionamiento constante de los resultados.
  • Experiencia personal: Se relaciona con todo el conocimiento que has adquirido en tu vida, en anécdotas, lecturas generales, pláticas, programas de televisión, etc. Regularmente la experiencia que proviene de este nivel de conocimientos es muy pobre, pero puede resultar útil cuando es utilizada de manera correcta.
Estas tres maneras de adquirir conocimiento proporcionan una gran cantidad de información todos los días. La información en sí misma es inútil sin el conocimiento adecuado para interpretar y utilizar esa información de manera apropiada. Es en esa tarea donde muchas personas que dicen que su conocimiento está “basado en evidencias” fracasan al no saber discriminar la información correctamente. 

A continuación, analizaremos de manera breve los problemas más comunes que surgen con estas diferentes formas de adquirir conocimientos.

Mujer siendo asesorada por un entrenador personal

Evidencia Científica:

"Todas las verdades son fáciles de entender, una vez descubiertas. La cuestión es descubrirlas."
-Galileo Galilei

El cuerpo humano es un sistema extremadamente complejo, desde el metabolismo de nuestras células, el funcionamiento de nuestros sistemas, hasta la física de nuestro movimiento, todo ello interactúa diariamente, por ello requieren una gran cantidad de estudio, también por ello resulta muy difícil encontrar respuestas definitivas a cualquier tema. 

En general, en las ciencias y disciplinas relacionadas al cuerpo humano, más allá del conocimiento básico no hay respuestas definitivas, no hay blanco y negro, cierto o falso. A través de los estudios científicos podemos encontrar posibles respuestas correctas a diferentes contextos, pero rara vez se encontrarán respuestas determinantes.

A pesar de que al decir que basamos nuestra práctica en evidencias estamos aceptando todo conocimiento que viene del ámbito académico como un arma en nuestro arsenal, también debemos de ser cuidadosos y responsables con la manera que interactuamos con ese conocimiento.

Cada estudio académico nuevo es un vistazo al pedazo del rompecabezas que es el cuerpo humano.

Regularmente un estudio científico nuevo de manera individual sirve de muy poco para el profesional que lleva una práctica basada en evidencia, ya que a menos que ese nuevo estudio sea parte de un muy amplio conjunto de estudios que apunten a la misma respuesta, evaluados y realizados por diferentes grupos, un solo estudio científico no provee una base sólida para dar respuestas.

Mientras más estudios se hacen acerca de un tema en específico obtenemos más vistazos a esa pieza del rompecabezas que en conjunto nos permiten observar el panorama completo.

Aquí es donde suelen haber muchos problemas al momento de interpretar la evidencia científica. Es muy común ver en debates en línea o incluso como referencias de libros publicados que se utilizan un puñado de estudios para intentar probar un punto. Pero precisamente, un puñado de estudios no pueden probar la existencia de un mecanismo o un principio incuestionable, sin importar quien haya realizado esos estudios o de donde venga la información.

Así mismo leer evidencia científica requiere preparación, se necesita aprender a leer estadísticas, a como realizar metodología de investigación, y se necesita un profundo conocimiento en el tema de estudio.  Por lo anterior es que las investigaciones científicas regularmente están lejos de nuestro alcance como entrenadores personales para poder leer directamente, el intentar interpretar estudios científicos es un buen ejercicio para alimentar tu conocimiento, pero debes de ser precavido con las reflexiones que resultan de tu interpretación de uno o dos estudios que leas.  

Toda información que integres a tu práctica cambiará para bien o para mal la vida de tus clientes. Así mismo, si transmites información incompleta debido a que no comprendes del todo los alcances y limitaciones de un estudio, muchas veces estás haciendo tanto daño como si esparcieras información errónea.

A continuación, hay una lista de preguntas o elementos que debes de buscar cuando alguien utiliza un estudio científico para afirmar algo, si la persona desconoce las respuestas a estas interrogantes muchas veces desconoce lo suficiente del estudio como para haberlo comprendido correctamente, de la misma manera si tu planeas incorporar descubrimientos de algún estudio en tu práctica, debes de saber las respuestas a estas preguntas: 

  • ¿Qué tipo de método se utilizó para realizar el estudio?
  • ¿fue un estudio observacional donde se utilizaron cuestionarios o grandes bloques de datos y se obtuvo una “verdad” estadística?
  • ¿fue un estudio experimental, donde se administró un protocolo o elemento externo para analizar los resultados?
  • ¿Cómo se protegieron los datos de la contaminación de los investigadores?
  • ¿En quienes se realizó ese estudio?
  • ¿Fueron humanos o animales en los que se realizó el estudio? Es extremadamente común ver que se utilizan estudios en ratones para intentar probar efectos en humanos, lo cual es extremadamente estúpido si se intentan aplicar los resultados a seres humanos.
  • Si fueron humanos, ¿Cuál era su sexo o raza?
  • ¿En cuantas personas fue realizado el estudio?
  • ¿Cuál era su salud, edad, etc.?
Todos los factores anteriores influyen de manera radical en los resultados de cualquier investigación.

De la misma manera, las siguientes preguntas resultan útiles para ver qué tan relevantes son una serie de estudios para la práctica:

¿Se investigaron los efectos a corto o largo plazo durante el estudio?
Un estudio que tuvo resultados importantes a corto plazo, puede que se vuelva irrelevante a largo plazo. Por ejemplo, cuando se comenzó a estudiar a las dietas bajas en carbohidratos, casi todos los estudios mostraban una reducción de peso más acelerada a corto plazo; Cuando se comenzaron a hacer estudios más largos se descubrió que a comparación de otras dietas, esa ventaja a corto plazo se perdía y casi todas resultaban en la misma reducción de peso siempre que hubiera una reducción calórica adecuada.

¿Las condiciones del estudio reflejan condiciones de la vida real?
Es muy común ver estudios dónde se busca probar un efecto o causalidad, no si esa diferencia tiene aplicaciones prácticas, por ejemplo, hay muchos estudios donde los protocolos de entrenamiento sólo consisten en entrenar una sola parte corporal durante semanas y semanas, esto claramente no refleja la manera en la cual la mayoría de las personas entrena con pesas y las implicaciones de eso se tienen que tomar en cuenta, así mismo, muchas personas cometen el error de extrapolar resultados de estudios hechos con ejercicios de aislación y aplicarlos al entrenamiento con movimientos multiarticulares.

¿Qué tan relevantes son los resultados en el mundo real?
Muchos estudios buscan encontrar una relevancia estadística, pero muchas veces esa relevancia estadística genera diferencias insignificantes en términos prácticos, por ejemplo puede que un estudio demuestre que entrenar descalzo genera mayores ganancias de fuerza que entrenar con zapatos, pero al analizar los resultados ves que la diferencia es que las personas descalzas pudieron levantar 0.345kg más en un ejercicio como la sentadilla, entonces, la diferencia estadística puede que exista, pero la aplicación práctica de esos resultados en el “mundo real” es muy muy limitada.

¿Qué tan entrenados estaban los sujetos del estudio?
Esto también suele escapar muy comúnmente de las personas que toman estudios de internet y es que, es muy conocido que la respuesta al entrenamiento de una persona “novata” en el gimnasio es muy muy diferente al de una persona con cinco o diez años de experiencia entrenando. No solo existen diferencias en la respuesta de su cuerpo, sino que muchas habilidades relacionadas a la experiencia están más desarrolladas. Esto va a cambiar completamente la respuesta que una persona tenga al entrenamiento. Un protocolo de entrenamiento adecuado para un novato va a tener horribles resultados para una persona más avanzada en muchas ocasiones. Aún así, veo personas constantemente tomar un estudio que claramente no han comprendido correctamente y cambiar un plan de entrenamiento adecuado por otro que no es lo mejor para ellos basados en un “nuevo” estudio que “descubre” una nueva forma de entrenar. 

Mucho de lo que te acabo de decir te va a permitir descartar la gran mayoría de información que se comparte en Facebook, Televisión, Noticieros tradicionales, Instagram, YouTube, etc. Si alguien presenta un estudio para intentar probar un argumento haz estas preguntas. Si esa persona no puede darte respuestas completas, toma sus conclusiones con precaución y, toma cada estudio como lo que es, una mirada más a esa pieza del rompecabezas.

En general recomiendo mucho más que perseguir los estudios científicos más recientes, conseguir una buena base de conocimientos con libros de texto, así como el material didáctico que he preparado para uso durante el curso. Al final del texto encontrarás una lista de libros que recomiendo para continuar con tu educación.

Evidencia Práctica:

"Mide lo que se pueda medir; y lo que no, hazlo medible."
-Galileo Galilei
Desafortunadamente la ciencia no es perfecta, existen muchos temas relacionados con el entrenamiento y el deporte que no se han estudiado de manera adecuada y puede que tome bastante tiempo hasta que sean estudiados en un ambiente académico. Por ello es importante que sepas como acumular tus propios datos y los de tus asesorados, y de esa manera observar si tus métodos están funcionando o no.

 Muchas personas pierden la perspectiva de cuanto tiempo llevamos estudiando el entrenamiento con pesas o incluso el entrenamiento físico a nivel general. Las ciencias aplicadas al deporte realmente comenzaron alrededor de la guerra fría, cuando los países querían demostrar su poder a través del deporte y destinaban dinero a mejorar el desempeño de sus atletas. Esto significa que llevamos estudiando el deporte poco más de 70 años, es decir que hay, hoy en día gente viva que estuvo en el nacimiento de las ciencias del deporte. Piensa en las implicaciones de ello, ¿Cuántas personas vivas existen desde el nacimiento de la medicina moderna? ¿o de la nutrición? ¿de la radiología? Muy probablemente ninguno, por que son disciplinas con más de cien años de tradición. En comparación las ciencias del deporte están en pañales.

Todo esto significa que existen muchísimos vacíos de conocimiento, esto va a ir cambiando poco a poco, pero también abre mucho el campo a la exploración.

El problema más grande que ha generado este movimiento de basar la practica en estudios científicos es que muchos descartan por completo el valor de la experiencia práctica que han acumulado miles y miles de entrenadores a lo largo de años de entrenamiento. Más allá de que esto es una perspectiva bastante miope, debemos de saber cómo nosotros podemos acumular también datos que nos permitan mejorar la práctica, es decir, el basar tu práctica en evidencia no significa que la evidencia tenga que venir de una universidad, puede ser encontrada en tu propio gimnasio.

Durante la gran mayoría de la historia, así desarrollábamos el conocimiento, intentábamos algo, si funcionaba lo manteníamos, si fracasaba lo descartábamos, así de simple. 

De la misma manera repetimos ese mismo comportamiento en el gimnasio, si queremos crecer, volteamos a ver lo que hace el tipo más grande del gimnasio, hoy día tal vez intentemos también algo que vimos en YouTube o Facebook. Lo intentamos y si nos funciona lo repetimos. Este comportamiento es ridiculizado en muchos círculos actualmente, pero estos métodos también tienen su lugar, siempre y cuando lleven a una acumulación de datos estructurada.

Lo hemos visto suceder incluso recientemente, las investigaciones acerca de la hipertrofia que se han popularizado en los últimos años están validando muchos hábitos que tenían los fisicoculturistas de “la era dorada” en los 70-80s. Estos entusiastas de la cultura física encontraban comportamientos que les funcionaban y llegaban a desarrollar altos niveles de masa muscular. Durante bastante tiempo se descartaban sus comentarios y “conocimiento” alegando que sus resultados se debían solamente al uso de anabólicos y su genética. Parece que estamos dando vuelta al carrusel en años recientes y descubriendo que algunas recomendaciones de estos musculosos no estaban tan erradas después de todo y se aplican a todas las poblaciones de entrenamiento. 

El problema de la mayoría de nosotros es que hacemos y aplicamos sin reflexionar. Es decir, si vemos una receta, rutina de entrenamiento o plan alimenticio, lo repetimos. Es muy común ver como la rutina de entrenamiento de alguien famoso del gimnasio se copia y copia hasta esparcirse por todo el gimnasio. Muchos la repiten, a algunos les funciona y a algunos no, pero cuantas veces nos preguntamos: ¿por qué esta rutina funcionó o no?

Como entrenadores, debemos promover hábitos muy básicos que nos permitan acumular datos para encontrar correlaciones entre acciones y resultados en nuestros entrenados y nosotros mismos.

Cosas muy básicas que debemos hacer son:
  • Llevar un diario de entrenamiento que registre el volumen de entrenamiento y la intensidad de manera adecuada.
  • Registrar al menos a nivel básico su estatus nutricional.
  • Registrar la cantidad y calidad de actividad que llevamos fuera del gimnasio.
  • Registrar la cantidad y calidad de sueño.
Estos cuatro datos, en conjunto con el más básico registro de peso y circunferencias corporales van a arrojar mucha más información sobre qué está funcionando con tu cuerpo y el de tus clientes que todos los artículos científicos, programas de entrenamiento y videos o documentales que puedas consumir. 

El llevar un registro de estos datos va a tener a largo plazo un mayor impacto que cualquier suplemento alimenticio que puedas comprar.

Si has hecho suficientes veces algo, debes de comenzar a acumular datos al respecto, de esta manera puedes comenzar a identificar factores en común y ver por qué algunos métodos parecen funcionar en ti que no funcionan en otras personas o viceversa.

Este conocimiento no va a suceder simplemente haciendo sin reflexionar, es solamente cuando comienzas a medir lo que haces y cómo tus acciones afectan los resultados

Para ello, desde que comienzas una rutina nueva o a asesorar a alguien nuevo tienes que acumular datos simples pero efectivos, como son: Medidas corporales, edad, edad de entrenamiento, horas de sueño, estimulantes consumidos, composición de la dieta, factores psicológicos relevantes, peso, etc. El registrar sólo estos datos es una actividad tan básica que es muchas veces ignorada por la gran mayoría de los entrenadores y practicantes alrededor del mundo, y aún así, es de las cosas más importantes que deberíamos hacer.

Experiencia Personal

“Nunca he conocido a una persona tan ignorante que no podía aprender algo de ella.”
-Galileo Galilei

Toda la experiencia práctica comienza como experiencia personal, las ideas de implementar nuevas formas de entrenamiento regularmente surgen de este tipo de contexto.

Todas las anécdotas de tus compañeros de entrenamiento entran en este tipo de experiencia, si a ellos les funcionó algo y consideras probarlo en ti mismo de manera no estructurada, todo eso forma parte de tu experiencia.

Antes de tomar este curso tu llevabas ya algún tiempo entrenando y tal vez incluso entrenabas a otras personas, es muy probable que hayas aprendido varias cosas en la práctica al ayudar a esas personas, así mismo, es muy probable que hayas cometido errores anteriormente.

De la misma manera, no importa cuantos libros, estudios, documentales y demás fuentes de conocimiento consultes, eventualmente vas a casarte con una idea errónea, que implementarás y no resulte tal cual debería, a pesar muchas veces de que en teoría debería de funcionar perfectamente, simplemente no lo hace. Esto también forma parte de tu experiencia.

Hay una gran cantidad de elementos de la experiencia personal que cuando son utilizados de manera adecuada resultan extremadamente valiosas para enriquecer tu práctica, la clave está en desarrollar el criterio necesario para saber qué conocimientos enriquecen tu práctica y cuales la entorpecen,

Como entrenadores debemos de estar abiertos a recibir de manera analítica la información sin importar de donde venga. Algunas veces, incluso de la persona más estúpida se puede obtener información, que en cuanto es analizada más a fondo resulta ser útil. Es por ello por lo que puede ser muy peligroso descartar toda la información que llega a ti, sobre todo resulta peligroso creer que se conoce todo lo relacionado al cuerpo humano.

En conclusión

Hoy en día hay muchos entrenadores, atletas y fanáticos de las ciencias del ejercicio que se ponen la bandera de que utilizan la “práctica basada en evidencias” o que “basan su entrenamiento en la ciencia”. Estas personas muchas veces no son conscientes de las limitaciones que tiene su perspectiva, ya que constantemente basan sus conclusiones en un análisis limitado de estudios científicos e incluso una falta de entendimiento acerca de cómo funciona la industria. 

Si una persona que dice seguir una práctica basada en evidencias se esfuerza por desacreditar métodos que no han sido suficientemente estudiados, o por el contrario, promueve con entusiasmo desmedido los resultados obtenidos en un par de estudios, es muy probable que esa persona no entienda las implicaciones de seguir una práctica basada en evidencias y usa este disfraz para ganarse puntos con un público que no entiende de manera adecuada cómo funcionan las investigaciones académicas.

La mayoría de los investigadores y entrenadores que siguen una práctica basada en evidencias de manera correcta son más conscientes de lo que no conocen y de los alcances de lo que si conocen dentro de nuestro campo y no son tan desatinados para creer que este conocimiento les permite opinar en ámbitos o áreas que van mucho más allá de la práctica deportiva que ellos desarrollan. 

Debemos de continuar elevando el estándar de nuestra práctica sin seguir ciegamente ninguna tendencia, sino desarrollando una práctica más enfocada a cimentar una base solida de conocimientos, tanto en las personas que entrenamos, como en nosotros mismos, para que de esa manera no tengamos reservas al hacer recomendaciones relacionadas con nuestra práctica y continuemos con la constante lucha en contra de la desinformación y los mitos en el mundo del entrenamiento

Bueno camarada, si ya llegaste hasta acá acabas de ver un resumen de la primera lección que damos en nuestro curso de preparación para entrenadores personales en el Instituto, si estas interesado en un curso que te va a dar las bases del entrenamiento con una introducción útil a las habilidades que se requieren para desarrollarse como un entrenador personal competente enfocado al fisicoconstructivismo  (da click aqui).

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